¡La base está!

El sábado 15 de Julio los voluntarios de Ingeniería sin Fronteras realizaron el “hormigonado” de la obra de ampliación del Hogar de Cristo Juan Pablo II.

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Sábado 15 de septiembre. Hoy es un gran día para nuestro Hogar de Cristo Juan Pablo II. Mientras un grupo de nuestros hermanos están en peregrinación en Salta por la Fiesta del Señor y la Señora del Milagro, y un contingente se dirige al II Encuentro de Hogares de Cristo de la Argentina, los voluntarios de Ingeniería sin Fronteras empiezan a trabajar en el “hormigonado” del sector de la obra en construcción. Darío, en representación de esta familia, colabora, aprende y se entusiasma con la construcción de su propia casa, con el atuendo de rigor: botas de goma, guantes, casco protector.

A las 9 de la mañana van llegando a la parroquia los voluntarios de Encontramanos, como cada sábado, a dar apoyo escolar a las pibas y pibes del barrio. Hoy se cruzan con el Padre Pedro, que se está dirigiendo a recibir a los voluntarios de Ingeniería sin Fronteras, y a saludar a Esteban, Juan, Ana Carolina y Nancy que ya están instalados en la combi, yendo a encontrarse con todos los Hogares de Cristo en Ezeiza, llevando un enorme termo de agua caliente como para matear hasta que las velas no ardan.

Hoy es el día más importante de la obra de ampliación, que empezó con la preparación del terreno el 25 de mayo, siguió con el inicio de las excavaciones el 1 de julio, y continuó con el retiro de la reja perimetral el 14 de julio: 

Entre los voluntarios que están hormigonando hoy, hay muchas mujeres. Una de ellas es
Adriana,  psicopedagoga y voluntaria de Ingeniería sin Fronteras, que hoy está coordinando la tarea de lo voluntarios, lo que no le impide meter los pies en el barro (en el hormigonado en este caso), llevar puesto el casco de rigor y prestar sus guantes a quien lo necesite. Además, su trabajo implica pensar en la logística, en el cuidado de los voluntarios, en su seguridad e higiene. Está atenta a cómo transita el voluntario ser parte de Ingeniería sin Fronteras:

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“La  primera obra de esta parroquia en la que participé que fue en la del Sum -Salón San Ceferino-, había venido a misionar a la parroquia» dice Adriana. 

-¿Cómo te acercaste a la parroquia?

-Yo había venido hace unos años con un grupo misionero de la UCA, en Semana Santa, a ayudar a una descarga de ladrillos, y me había gustado el barrio y quería seguir en contacto, por eso seguí viniendo todos los sábados. En ese entonoces Ingeniería sin Fronteras trabajaba con los voluntarios de la pastoral universitaria, ahora ya trabajan con sus propios voluntarios.

-¿Qué te motivó a participar como voluntaria de Ingeniería Sin Fronteras?

-Y, lo que me motivó fue conocer que había gente que estaba encontrando soluciones para realidades que para mí eran punto de dolor, y darme cuenta de que yo podía dar una mano para concretar esas soluciones. A lo largo de todos estos años en los que fui participando como voluntaria, y trabajando en mi rol actual de organizr a los voluntarios, fui viendo que en realidad no era que yo venía a dar una mano, sino que esto me permitía a mí también crear esas realidades, pensarlas. Ese trabajo en conjunto, en comunidad, es motivante. Y además de que fuí haciendo un grupo de amigos, hay mucha gente con la cual participo en reuniones o en actividades que puntualmente no conozco, pero que piensa lo mismo que yo, tiramos para el mismo lado, compartimos los mismos valores.

-¿Cuáles son los principales valores de ISF?

-La Solidaridad. La Inclusión también, porque muchos de los proyectos finalmente tienen que ver con bajar la brecha de desigualdad. En esta obra, trabajamos codo a codo con las chicas y los chicos que vienen al Hogar de Cristo, tratamos de que sea un trabajo en conjunto. Hoy, acompañamos y apoyamos a Darío en el día del hormigonado, que participa en la construcción de su propio Hogar de Cristo.

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-La obra empezó el 25 de mayo, hoy 15 de septiembre se está haciendo el hormigonado. ¿Están cumpliendo con los tiempos previstos de esta obra?

-Sí, venimos bien, teniendo en cuenta que si llueve mucho no se puede avanzar, y que trabajamos solamente los sábados. Venimos avanzando muy bien, quizá en esta primera etapa previa al hormigonado los avances no han sido muy visibles, pero a partir de ahora esto se va para arriba, y el crecimiento será más tangible al ver cómo se van construyendo las paredes, las ventanas, el techo.  

Técnicamente, el hormigonado consiste en verter una mezcla de cemento, arena, agua y aditivos a una zona del terreno preparada con una malla metálica para cimentación, que será la base de la construcción de paredes y piso. Esa mezcla pastosa por la que los voluntarios caminan como si fuera barro, con botas de goma, se denomina “concreto”. Y si bien ahora parece barro, cuando el concreto se seca es uno de los materiales más resistentes que existen, capaz de soportar el enorme peso de todo un edificio. En su origen etimológico latino, la palabra concreto está formada por dos palabras: com es “unión”, y creto viene de crescere, que significa “crecer”. Concreto significa: crecer unidos. Y así estamos.

 

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